miércoles, 16 de septiembre de 2009

Palabras de Marcela Machaca, indígena quechua, técnica agraria y representante del Núcleo Andino de Afirmación Cultural ABA, Peru

seminario Internacional Andino de Gestión Social del Agua Frente al Cambio Climático

(Paráfrasis según mis apuntes)

(“ yo no soy de esta clase de indígena que se disfraza con sus propios trajes tradicionales y que transpira odio étnico con un racismo al revés, YO SOY DE LA TIERRA”)

“Saludos antes que todos al sagrado Volcán Misti y al Rio Chili, que nos hagan conversar bonito con el corazón.

El agua es una persona sagrada. Para describir el cambio climático nosotros los campesinos indígenas decimos que estamos de patas arriba, este tiempo está al revés.

Esto nos avisa que hay que conversar con el corazón con el clima.

Hay que revisar los conceptos de eficiencia que nos han inculcado los ingenieros: dicen que hay que intubar al agua para no desperdiciarla en infiltraciones, así ella ya se siente en prisión, así ya no puede conversar con la tierra. Y acaso los pájaros también no tienen derecho de tomar el agua? Como van a hacer si se la pone adentro de tuberías?

El agua está molesta porqué la estamos agrediendo, no la dejamos manifestarse.

El chijchi ( granizo) es una persona viva que camina, el hombre obstruye su camino por esto nos castiga, por esto ya no se manifiesta como antes en meses específicos, te sorprende cuando quiera y tiene hambre de nuestros cultivos.

La helada también es una persona viva. La gente ya no sabe entender las pasiones que tiene el agua: el agua es muy especial y requiere de personas especiales.

La formación universitaria nos deja ciegos frente a estos saberes, te convierte en verdugo de tus propios saberes, de nuestro concepto de eficiencia, de nuestra manera de CRIAR al agua, que se siente incómoda una vez clausurada en cemento y tubos.

El agua ha sido malentendida y sale desesperada.

Hay tanta sabiduría en las comunidades y hay que valorizarla. La misma visión de cuenca es diferente de la visión de las comunidades, por qué cuando nos ponen límites crean conflictos.

Nuestros rituales son maneras para expresar el respeto al agua.

Nosotros los andinos tenemos relaciones filiales hacia la madre agua, se trata de relaciones afectivas que a la ciencia no interesan y a los proyectos tampoco. Los proyectos tienen una visión más centradas en el USO que en la CONSERVACION: por ejemplo intubando al agua ya se pierde toda la practica ancestral de cuidado de los canales. Los rituales de limpieza de las acequias se han dejados por injerencia de los técnicos. Esto implica una falta grande de respeto, la perdida y la fuga de las aguas superficiales, la perdida de bofedales por causas de proyectos de riego y el uso de productos químicos: hemos asustado al agua, se está secando el alma de nuestra pacha.

Por esta razón hay que reconectarnos afectivamente con la Naturaleza como persona.

Volver a considerar el agua como persona viva y vivificante, hacer nuestros ritos, que son momentos especiales, amenos y íntimos de relación con ella.

Hay que volver a cantar las canciones del agua durante la limpieza de los canales ( si se cantan en otro momentos el agua se molesta)

Hay que recuperar la capacidad de los niños de estar al tanto del clima, ellos que tienen la sensibilidad para conversar con el clima. No hay que perder el ritmo de empatía y sintonización con el clima, hay que estar al tanto de lo que nos está diciendo la naturaleza. Mientras tanto las escuelas nos hacen ciegos de sentimiento, con la escuela se ha quebrado la transferencia de saberes entre generaciones.

Los jóvenes puros de corazón tienen la responsabilidad de conectarnos con el conjunto de los seres del pacha.

A los niños por ejemplo se les pide que rueguen al Chijchi ( granizo) de no venir. Los niños son autoridades que tienen el papel de conversar con el clima porqué lo hacen muy amenamente.

Tambien es importante la crianza del agua de lluvia, se trata de una cultura imensa que es vital recuperar. En este sentido existen los rituales para llamar a la lluvia: los niños y los ancianos tienen fuerzas especiales para llamar a la lluvia.

Existen centros ceremoniales para hacer eso y hay que rescatar y restaurar estos lugares. Por esto hacemos un mantenimiento festivo de los canales tradicionales, de las cruces, de las capillas en la zonas altas, que son lugares de crianza de energía, donde se sienta la fuerza del agua.

Se trata de una visión de empatía que considera el agua como alma de los paisajes, de la pacha. Considerando que también el agua tiene sus pasiones.

Así hacemos lagunas para sembrar el agua de lluvia. Hemos hecho 59 lagunas de almacigo, con el objetivo de alimentar a la pachamama con el agua. Las lagunas conforman una familia, un ayullu, para nosotros son hermanas, porqué son interconectadas.

También recuperamos y criamos a las vertientes sembrando una planta que llamamos “la mama del agua” que donde se planta brota agua.

Lo más importante es recuperar el cariño, el sentimiento de respeto, solo por eso se puede recuperar el agua. Lo hemos tratado mal y hay que recuperarlo, hemos abandonado a las vertientes y ojos de agua porqué ya teníamos tubos que llegaban a nuestras casas. Más bien hay que recuperar la fiesta que hacíamos para festejar a los ojos de agua. Los ancianos tenían una técnica para generar ojos de agua con tallados de piedra porosa para filtrar humedales de agua más abajo, así se cría el agua.

Es oportuno fortalecer las ceremonias reciprocas y colectivas: el agua te cría para que tu la críes a través de pagos y ofrendas.

La sostenibilidad de estas prácticas es conectada con el sentimiento.

La escuela nos hace renegar estos saberes y nos enseña que el agua es un recurso: esto es una amenaza para nuestra forma de vivir con el agua, porqué con el recurso te relacionas de manera sujeto-objeto, de manera mecánica y extractiva, mientras si el agua es considerada como madre se hacen las cosas de manera diferente, se trata de una relación filiar y de cuidado reciproco.

Los que siguen está visión extractivas son las empresas mineras que amenazan nuestras comunidades: el gobierno dio la concesión y ya están en fase explorativa: el agua amenaza de irse de nuestras vidas.

Trabajamos por la restauración del saber del tiempo de los abuelos. Restauramos los niños –autoridad, porqué tienen el carisma para criar al clima y para desatar conflictos, y no solo entre humanos sino con la participación de las deidades de la naturaleza, por esto tenemos soluciones rituales a los conflictos.

Nosotros creemos en el entramado de las redes sociales en armonía con la naturaleza, en este sentido la agricultura es la crianza ritual de la chacra, para los apus (cerros sagrados) y las aguas, que también tienen derecho de comer.

El cambio climático no solamente afecta a los hombres, también a nuestro Volcán Misti, al rio Chili, solo pensamos en los efectos sobre nosotros y no tomamos en cuenta nuestros cerros y así nuestras propuestas son insostenibles. La vida es de todos: De los cerros, de las rocas, de los ríos.”

Solo la sensibilidad de las personas, hará reencontrarnos con nuestro entorno.

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